Se ha visto claramente la competencia efectiva que el euro está dando a las monedas más fuertes del planeta, la forma en que los europeos se sienten cada vez más orgullosos de su economía y competencia mercantil, y todo esto bajo un organismo común llamado Unión Europea.
Esta unión no ha sido sencilla, si tomamos en cuenta la larga historia de guerras entre las naciones europeas a través de miles de años. Pero parece que al fin la mayoría de los países europeos han comprendido que la unión hace la fuerza. Pero, ¿cómo es que han logrado algo así?, ¿porqué no ha pasado lo mismo con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte?, ¿Por qué está empezando a funcionar (poco a poco) en Indonesia? La respuesta se encuentra en una sola palabra “mágica”: Supranacionalidad.
Veámoslo desde adentro. Hemos escuchado todo el tiempo quejas como: “los gringos imperialistas tienen la culpa de todo”, “el capitalismo no sirve, el socialismo es la solución”, “que socialistas ni que nada, lo que pasa es que son todos unos huevones”, “en lugar de andar en plantones deberían dejar trabajar y conseguir un empleo”. Así, podemos encontrar variadas frases que defienden cada uno de los colores, clases sociales o religiones de nuestro país, pero al final nunca nos ponemos de acuerdo. Al menos en algo, casi todos coincidimos, ¡La Patria es Primero!
Pero en realidad, no nos interesa la patria, nos interesan solo nuestros problemas individuales. Por eso nos convertimos en secuestradores, traficantes (de lo que sea), pederastas, y expertos tranzas de la supervivencia. Nuestra verdadera bandera es el que no tranza no avanza.
El éxito económico y comercial de la Unión Europea es el resultado de dejar en manos de un organismo común, el control de aplicar reglamentos y leyes internacionales que rigen el propio organismo. Es decir, un organismo que nos debe decir con que debemos cumplir como NACIÓN, para estar protegidos en un mercado competitivo. ¡Diantres! NO NOS GUSTA QUE NOS DIGAN QUE HACER PORQUE TENEMOS QUE DEJAR DE TRANZAR.
Países que estaban en la misma situación del nuestro, tanto económica, como cultural y mercantilmente, han logrado tomar vanguardia en producción y exportación de bienes y servicios de primer mundo. Tan solo se comprometieron a dejar atrás su tradición nacionalista, su complejo de inferioridad y su distribución de culpa entre las naciones poderosas. Vieron hacia el futuro, hacia el mercado común, hacia ese horizonte que levanta un gigantesco sol llamado comercio que a nosotros aún nos encandila.
Desgraciadamente no estamos solos, casi toda América Latina está en el mismo problema, y los pseudo-líderes que detienen el progreso vitoreando a héroes ancestrales y de dudosa competencia, nos arrastran a renegar de todo aquello que ellos consideran que atenta contra una soberanía que nos hunde cada vez más. ¿De qué nos sirve ser unos “soberanos” pobretones sin futuro económico? Es mucho mejor aprender de los que ya triunfaron que estarles echando la culpa.
La supranacionalidad es incluso el objetivo doctrinal de muchos guías espirituales, pero no necesitamos una religión para convertirnos por propia convicción en "hermanos". La supranacionalidad es enfrentar la obligación de hacer las cosas bien frente a otros y a espaldas de ellos, para poder pertenecer a un organismo que sea capaz de llevar a cabo comercio interior y exterior de calidad competente.
Para poder gritar ¡Viva México! hay que amar tanto a este país como para adoptar una supranacionalidad que lo haga crecer. A pesar de nuestros soberanos líderes tranzas.
domingo, 22 de abril de 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Cierto que los países de la unión europea han tenido un historial bélico, pero usted mismo apuntó en otro artículo que el conocimiento nos acerca y nos une, que podemos llegar a ser aliados del enemigo y sobre premisas similares se ha constituido la mencionada UE.
La razón de que México no progrese significativamente está bien explicada en la anécdota de los cangrejos, y eso es algo a lo que yo no le veo una pronta solución, pues falta voluntad de parte de los líderes, de los sublíderes y de los lidereados. Quienes tienen la intención de ‘cambiar al mundo’ pronto se dan por vencidos debido a que no encuentran retroalimentación.
Ojalá este medio nos ayude a mejorar como comunidad en lo nacional, lo continental y lo global.
Saludos y…¡larga vida a la especie humana!
Estoy deacuerdo con la supranacionalidad, el mundo debe abrir sus mercados, el trabajar en campos autarquicos lo unico que ocasiona es pobreza y desolacion.
Publicar un comentario