Teísta, deísta, panteísta, secular, agnóstico, ateísta, o escéptico

sábado, 8 de marzo de 2008

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“Ama a tu prójimo como a ti mismo” Marcos 22.39
“Ama a tu prójimo, no hay otro igual en muchos años luz a la redonda” Carl Sagan

Seguramente se habrán dado cuenta que una de las fundamentales razones para la existencia de este blog es la difusión del conocimiento, por ende, del uso de la razón, por ende, del libre pensamiento y por ende, del escepticismo. Muchos de los que me hacen el favor de visitar este blog seguramente se han llegado a preguntar en donde están ubicados según su nivel de fe o su forma de concebir su propio ateísmo. Existen, muchas fuentes de información al respecto. Yo mismo he querido saber en donde estoy en lo que se refiere a mi propia filosofía, ya que dejé de ser católico (si alguna vez lo fui, lo dudo), cristiano, e incluso creyente. Se que soy escéptico pero, cuando escucho la variedad de calificativos para alguien que no tiene fe, tengo que preguntarme en donde entro yo según estas categorías.


Vamos por partes, no sin antes aclarar que dentro de las fuentes de información esta el libro The God Delusion de Richard Dawkins. El título en español de este libro es de difícil traducción, o por lo menos de manera que cause el mismo impacto que en inglés. Sería algo así como La Alucinación “Dios”.


Primero debemos empezar con lo más común y progresaremos hasta lo más inusual (que no significa que seamos pocos).


Teísta
El teísta cree en un dios personal y providente, creador y conservador del mundo. Es decir, cree en una inteligencia sobrenatural que además de haber creado el universo aún nos observa y tiene influencia en el destino de los hombres. El teísta asegura que este ser sobrenatural interviene en los asuntos de los hombres, responde a las oraciones, perdona o castiga los pecados, hace milagros, y sabe las cosas buenas y malas que hacemos o incluso las que pensamos.


Deísta
El deísta cree en el mismo dios que el teísta, pero asegura que después de haber creado el universo dictó las leyes que lo regulan y se fue a dormir... o de vacaciones. El deísta cree que a este dios no le interesa el destino ni los asuntos de los hombres. Tal vez Teo Cardala (Cómplices) es deísta, ya que él escribió en su canción la oración “Dios existe pero duerme”.


Panteísta
El panteísta no cree en una inteligencia superior, en un dios personificado. El cree que puede llamar Dios a la Naturaleza, al Universo o a las leyes físicas naturales. No existe la persona, pero si existe el Orden Universal, la Energía Cósmica, etc.


Secular
El secular es alguien quien independientemente de su creencia o filosofía personal, reclama la separación de la religión de los asuntos humanos, específicamente de aquellos asuntos comunes a la sociedad en general, tales como el gobierno, las leyes, la educación, etc. Confía en que de esta manera la sociedad sobrevivirá como unidad, sin discriminación religiosa, sin conflicto entre la fe de unos y otros.


Agnóstico
El agnóstico simplemente se declara incapaz de asegurar la existencia o la inexistencia de un dios o dioses, o de cualquier inteligencia superior. Si no se tienen los datos que sostengan los hechos, el agnóstico se mantiene al margen, no se define hasta no estar seguro. De hecho puede asegurar que nunca será probado o refutado lo anterior.


Ateísta
El ateísta es un ateo, como normalmente se le llama. No cree en una inteligencia superior o dios. El ateo esta seguro de la inexistencia de un creador y no necesita pruebas de ello.


Escéptico
El escéptico no cree en una verdad absoluta. Su deber es dudar incluso de sí mismo en el sentido de no crearse verdades personales para sentirse en paz. La búsqueda de respuestas (no de verdades) para el escéptico, es su pasatiempo favorito. El escéptico es incansable en sus preguntas, porque acepta humildemente que el universo contiene y manifiesta más información que la que el mismo hombre puede comprender.


Podemos ahora situarnos con mayor facilidad en el adjetivo adecuado.


Para terminar anexaré un cuadro que nos obsequia Richard Dawkins y que llamaremos el Espectro de Intensidad Divina.


1. Teísta Fuerte. 100 % de fe en la probabilidad de un Dios. “No creo, sé que Dios existe”.


2. Teísta Moderado. Menos del 100% de fe en la probabilidad de un Dios. “No puedo asegurarlo, pero creo profundamente en Dios y vivo mi vida asumiendo que existe”.


3. Teísta Débil. Más de 50% de fe en Dios. “No estoy nada seguro, pero prefiero creer en Dios”.


4. Agnóstico Imparcial. 50% de fe en la probabilidad de un Dios. “La existencia e inexistencia de Dios son exactamente igual de probables”.


5. Ateísta Débil. Menos de 50% de fe en la probabilidad de un Dios. “No sé si existe Dios pero me inclino a ser escéptico”.


6. Ateísta Moderado. Más del 0% de fe en la probabilidad de un Dios. “Veo muy improbable la existencia de Dios y vivo mi vida sin asumir que existe”.


7. Ateísta Fuerte. 0% de fe en la probabilidad de un Dios. “No solo creo que no hay un Dios, sé que no hay Dios”.


Vean ustedes mismos donde se ubican. Yo, al parecer estoy en el nivel 6 del espectro, ya que improbable no es una palabra definitiva, y la existencia de un dios, por lo menos al momento, científicamente es improbable.


Por experiencia propia, puedo intuir que algunos de ustedes temen aceptar públicamente su verdadero nivel en el espectro. Solo espero que algún día su honestidad consigo mismos supere el miedo al rechazo. Esto se entiende porque para un cristiano, desgraciadamente es más alarmante que alguien a quien consideraba creyente le diga que dejó de serlo. Pero supongamos que un cristiano de la familia les platica que conoció a un árabe, digamos en su trabajo. Hablaría de sus costumbres y fe con asombro y tal vez hasta con gracia, pero no lo discriminaría. Porque así lo conoció, y no se siente traicionado. Este ejemplo podría ser el inicio de una plática para comentar con sus cercanos sobre su verdadera opinión respecto a la fe. Pero por favor, fundamenten sus opiniones, porque no hacerlo y querer hablar de ello sin conocimiento del tema podría parecer una conducta religiosa…


¡Hágase la luz!... y nació la ciencia.


Hasta la vista.

Hombre de poca fe?

viernes, 15 de febrero de 2008

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Muchas personas que son de aquellas que profesan una religión y que aseguran que conocen la verdad, una verdad que no ponen a prueba sin importar de donde venga, acostumbran a estereotipar a los agnósticos (que de hecho la mayoría no conoce este adjetivo). Los acusan de orgullosos, arrogantes, y lo peor según ellos, hombres de poca fe. Pero, se puede tener fe y ser agnóstico. Se puede tener la más alta de las autoestimas y seguir siendo humilde. No es necesario sobajarse a las autoridades para reflejar humildad.
Yo, César Medina, me declaro hombre de mucha fe. Primero, tengo fe en mi mismo como en nadie más. Me siento capaz de llegar a donde quiera por mi mismo y sin pedirle a ningún ente invisible que me ayude, es más, de existir ese ente, estoy seguro que esperaría eso de mí. Tengo fe en los demás, y les otorgo mi buena fe en principio, pero les administro la justicia que merecen si me agreden, y les otorgo el perdón si me lo piden. Tengo fe en que la humanidad se supere y que la mejor manera de lograrlo es empezar por uno mismo.
Soy humilde cuando veo las enormes calles donde vivo, la enorme ciudad donde camino. Soy humilde cuando veo en los mapas el tamaño de mi país, de mi continente, de mi planeta. Soy humilde cuando entiendo y comprendo que sin este diminuto planeta que se encuentra a tan solo 150 millones de kilómetros de una poderosa estrella y a la vista de tantos peligros estelares mi vida nunca se hubiera dado. Soy humilde cuando entiendo vagamente las leyes de la naturaleza y cuando se que se repiten en cualquier lugar del universo. Soy humilde cuando dejo de creer que soy la mejor especie de una creación espontánea y cuando dejo de creer que soy el centro del universo y que soy lo único importante para otro ser superior.
Tener fe no es satanizar a otros credos. Tener fe no es dejarle el trabajo de lo que temo a un ser supremo. Tener fe no es expiar mis culpas con oraciones o rezos. Tener fe no es desearle mal al prójimo que piensa diferente.
Ser humilde no es creer tener la verdad. Ser humilde no es profesar amor y no darlo. Ser humilde no es aceptar como un hecho algo que alguien más te enseña. Ser humilde no es permitirse ser usado.
Yo tengo fe. En mi por sobre todas las cosas. Me siento capaz de ayudar a los demás con mis propios recursos. Creo en la vida, creo en existir, y creo en hacerlo valer.
Yo soy humilde. Porque a pesar de que estoy orgulloso de mi, puedo dar la vida por el prójimo. Ya la he dado muchas veces a mi esposa y a mis hijos, y lo seguiré haciendo.
Me siento tan grande y tan valiente que la única manera de aprovecharlo es dar al mundo todo lo que tengo.
Tomad y bebed.

Cómo demonios llegué hasta aquí (Daemon; conocimiento en griego)

martes, 15 de enero de 2008

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Siempre me he quejado de que las personas creyentes que me censuran ni siquiera se ocupan por entender lo que yo pienso, simplemente por no ser lo que ellos asumen como verdad absoluta me satanizan. A la vez, muchas personas que no me satanizan, no conocen los detalles de los hechos que me trajeron a este pensamiento agnóstico. Y por último, escribir sobre ello también sirve para que mis compañeros de “ideología” conozcan el camino que mi cerebro tomó hacia el mayor uso de la razón.
Lo más lejano que recuerdo es que en el catecismo nos contaron y nos hicieron dibujar el pasaje en que un hebreo escucha la voz de Dios mientras pretende dormir y el hebreo le pregunta “¿Eres tú, Yahvé? Entonces llegando a la casa tome la Biblia y busqué el nombre de Dios, y uds. saben lo que encontré. Como el nombre que en el Éxodo dice Yo Soy me pareció muy extraordinario, empecé a buscar la respuesta en toda la Biblia.
Lo siguiente que recuerdo es cuando le cuestioné a mi padre que me mandaran a misa cuando él no iba a tal evento, me dijo que se defraudó de los sacerdotes desde que defendió a una anciana de uno de ellos que le gritaba altaneramente y de otro que se robó valores de la parroquia. Pero, que aún así respaldaría a mi madre si ella me mandaba… Yo ya había visto cosas semejantes…
Más adelante, me pareció extraño que el mundo estuviera lleno de tantas religiones y que las más fuertes existieran gracias a la guerra. Al mismo tiempo uno de mis hermanos (7 años mayor que yo) siempre presumió de saber grandes cosas y yo no dejaba de preguntarle las respuestas a todo, desde los fenómenos naturales hasta la historia y demás cosas. La historia del mundo esta plagada de cosas que me avergüenzan y otras que me enorgullecen, y es este tema, la historia, suficiente para pensar en el uso de la razón.
A los once años, como a las 5 de la tarde, empezaron a pasar un programa en la televisión llamado Cosmos. Simplemente no me lo perdía. Carl Sagan hablaba de todas las ciencias y a mi me pareció extraordinario saber todo eso: átomos, evolución, números exponenciales, soles, galaxias, pulsares, neuronas, etc.
En mi casa siempre hubo libros de todos los temas y como a los 10 años empecé a leer lo que me parecía interesante. Ah, y también la revista mensual Muy Interesante. Ahora lamento no haber leído Mein Kampf, pero me alegro de haber leído Historias Secretas de la Segunda Guerra Mundial. Un día llegó hasta mis manos Caballo de Troya y me lo receté completo a los 17 años. Me pareció una fantasía deseable y muy congruente con las cosas en las que yo buscaba la Verdad: La Biblia, los extraterrestres, los yeti, el Budismo, etc. Benítez, simplemente ha logrado unir varias doctrinas en la trama de dichas novelas. Es un genio.
Para entonces ya me había formado una idea de fe en la que existía un solo Dios, un ser humano perfecto que nos mostró un mejor camino llamado Jesús, y todos sus ayudantes llámense astronautas interestelares o como sea, una Tierra que en realidad se llamaba Iurantia en un sistema interestelar de donde venía Jesús (cuyo nombre real era Micael), guiado por la energía eterna de la Isla galáctica del paraíso…. Je je je je… y cosas como esas, incluidos a los fantasmas…
Pero, aún no encajaban muchas cosas, aún no tenía sentido todo ese embrollo. Pero esperé. Hasta que un día de 2004, un amigo me preguntó que libros le recomendaba, y en la lista incluí algunos que no había tenido oportunidad de comprar, entre ellos El Mundo y sus Demonios de Carl Sagan. Ni siquiera sabía de qué se trataba. Los compró y me los prestó todos. Y al leer el de Sagan, me di cuenta que estaba escrito por alguien completamente centrado, respetuoso de las creencias de los demás, y con mucho sentido común. Es un libro que satisfizo todas mis preguntas, pero que no me asegura ninguna Gran Verdad.
Busqué más de él y de todos los científicos. Y además empecé a externar a los demás mi nueva idea de que no existen los dioses. Eso amigos, es la libertad. Así un día, a una clienta que comencé a tomar como una amiga muy inteligente se lo comenté y ella me facilitó un blog de Internet de un amigo de ella que pensaba más o menos como yo. Y ahí dentro supe que yo soy un agnóstico o humanista secular. Ese blog se llama Sentido Común.
Hace falta leer mucho para entender lo que yo soy. Hace falta entender que toda la información escrita que existe, irrepetible y verdaderamente fundamentada, es mucho mas vasta que la Biblia. Además, vivimos en un mundo que se sustenta en toda la tecnología proveniente de la ciencia, de los agnósticos, y todo eso NO esta en la Biblia. Hace falta informarse. ¿Cuántos libros has leído? Y aún así, aceptar que podemos estar equivocados, y no crearse una verdad absoluta.
Cabe decir que si Dios existe y las pruebas lo demuestran, yo creeré en él. Pero mientras seguiré respetando a mis semejantes sin el miedo a ser castigado si no lo hago. Seguiré siendo leal a los que se lo merecen sin tener que rezar por ello. Seguiré evitando tirar basura en la calle, o atravesar mi carro sin compasión por los demás guiadores aún cuando no esté ningún agente de tránsito presente. Seguiré evitando la tranza que no evitan todos esos creyentes que se purifican cada vez que se reúnen y se sienten tocados por Dios para seguir pecando el resto de la semana.
Así amigos, he llegado hasta aquí. Gracias

La enorme vacuidad de la materia o "No somos nada"

jueves, 13 de diciembre de 2007

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“La mente con escrutinio no se conforma con admirar la naturaleza, busca entenderla y encuentra mayor deleite en ella”. Feynmann

Hay una película de Bruce Willis donde el personaje de este actor se ve invadido en su vida por un niño que resulta ser él mismo cuando tenía 9 años de edad. En un momento de la película, el niño le pregunta porqué el sol se ve rojo al momento previo de ocultarse. Al final del filme, cuando la pantalla oscurece, aparece la explicación de este fenómeno.

Pocos nos preguntamos sobre los fenómenos naturales más allá de tan solo observarlos. Pocos nos hemos maravillado en la escuela cuando supimos que nuestro cuerpo se compone de células microscópicas y que cada una de ellas se compone de otros elementos más pequeños. Aun menos personas se preguntan de que están hechos esos elementos y casi nadie se preocupa en tratar de entender al mismo átomo.

Lo más sorprendente es que el átomo contiene partículas más pequeñas que ustedes ya han oído mencionar: electrones, protones y neutrones. Estas partículas también se forman de otras más pequeñas como los quarks o los muones.

Con el tamaño que tiene un ser humano, viajar de un planeta a otro le requiere de un gran esfuerzo, además de un tiempo considerable, sin contar con el gran vacío que deberá atravesar. Si tuviéramos el tamaño necesario para ver a un electrón del tamaño de la luna, tendríamos que atravesar un enorme vacío para llegar al núcleo del átomo.

Ese vacío que existe entre las partículas de los átomos, también se da cabida entre los átomos de una molécula y entre una molécula y otra. Así estamos construidos de tal forma que somos como una esponja llena de espacios huecos. Por supuesto que no hay nada tangible o con características necesarias para llenar todo ese vacío en todo momento, es decir ese vacío no deja de ser tal.

Así es como constantemente a través incluso de la tierra y el sol, atraviesan miles de millones de partículas llamadas neutrinos procedentes de otro tipo de estrellas. Logran atravesar por esos vacíos de la materia.

De hecho la realidad atómica es tal, que incluso cuando uno de nosotros aplaude nuestras manos ni siquiera se tocan. ¿Cómo es esto? , espero me sea fácil explicarlo. Los electrones de los átomos giran alrededor del átomo y este movimiento genera un campo eléctrico alrededor de un núcleo atómico y a pesar de estar enlazados a otros átomos en realidad nunca se tocan, solo se “cruzan” esos campos eléctricos. Entonces al chocar las manos tan solo se repelen dichos campos. Los átomos y las moléculas de las manos se mantienen intactos. Si se tocaran y chocaran eso se convertiría en una reacción atómica, tal y como sucede en un estallido nuclear.

Como ven, la frase “no somos nada” (que en realidad debería ser “somos nada”) se puede aplicar tanto metafóricamente como científicamente. Y si se toma conciencia y se profundiza científicamente en el tema, podemos darnos cuenta como se puede ser espiritual sin creer en la existencia del espíritu.

P.D. La atracción planetaria en un sistema solar (gravedad) no es la misma fuerza que mantiene unido al átomo. Ah, y renten la película.

CHIN! YA ME DIERON GANAS...

viernes, 7 de septiembre de 2007

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ACTUALIZACION: Esta entrada YA CADUCÓ, dejamos de tocar hace buen rato, jejeje

Sin muchas explicaciones....

Estoy tocando y cantando de nuevo...
Estoy junto con mi amigo Leo Mendivil.
Miércoles y jueves a las 9:00 pm en Las Malas Compañías en la Tomás Fernández, entre Cablemás y la Torre Movistar, junto a Crearte.

Prueba de lo mismo a continuación:


Los espero a todos!!!!


¡PORQUE BRILLAS!

martes, 28 de agosto de 2007

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En mi edad de secundaria, ahorré lo suficiente y compré un libro que detallaba la historia de The Beatles, me lo aprendí de corazón (como dicen los gringos). Conjugaba la biografía del grupo con las biografías individuales de sus integrantes, y la de John Lennon mencionaba una fábula a manera de explicación para su asesinato.

Mark Chapman (su asesino) era lo que se dice “el más ferviente admirador de Lennon”. Incluso se casó también con una japonesa, y a veces firmaba con el nombre del músico. Entonces, ¿por qué lo mató? La fábula dice:

Una luciérnaga volaba por el estanque en medio de la oscuridad, cuando de pronto un horrible sapo disparó su lengua, atrapándola y llevándola a su boca.
La luciérnaga reclamó: -¿Por qué me comes?-.
A lo que el horrible sapo contestó: -¡Porque brillas!-.


Si tomas a alguien más como guía y no solo no lo logras, si no que ese alguien te ignora o te defrauda, las consecuencias pueden ser fatales. Compárate solo contigo mismo, así serás mejor que como eras el día de ayer. Eso jamás te defraudará. Pero ese no es el tema.

Esta entrada está dedicada a los que han llegado hasta este blog y después de leerlo (al menos un artículo, porque dudo que todos) me lanzan por lo menos un “buen intento”, “ojala fueras más humilde, así entenderías las escrituras”. Bah!

Por supuesto que saben que respeto su opinión, por eso se atreven y por eso no verán sus nombres aquí. Pero ellos suelen decir “perdónalos como también nosotros los perdonamos”, por lo tanto yo digo “perdónenme como también yo los he perdonado”.

¿Cuántas veces se han atrevido a externar sus ideas frente a los que los juzgan?
¿Cuántas veces han preguntado sus dudas más atrevidas a aquellos seres imperfectos que les “enseñan” lo que dicen las escrituras?
¿Cuántas veces, cuántas mendigas veces, se han sentado frente a mí con sus conocimientos en la mesa para hablar de todo, de una manera respetuosa y aceptando sus limitaciones y tolerando las mías?

Pocos, muy pocos de ellos. Y debo gritarlo: ¡los pocos son testigos de Jehová!, ¡los más ignorantes son catolicínicos, digo, católicos!

Ah no. No es regla general, ni se ha comprobado como tal. Pero es lo que yo he vivido.

Creen que es sencillo leer tantas cosas, y que uno puede devorar un libro por semana…. ¡PUES SI! Es sencillo porque me interesa saber que decirle a aquella persona con la que no estoy de acuerdo, y saber de que DIABLOS está hablando. O mejor me callo. Y es difícil para ellos leer algo que tenga escrita las palabras sexo, fornicar, venganza, muerte, intolerancia, demonio, diablo, incesto, guerra. Pues mis amigos, cuenten el número de veces que se escribieron esas palabras en las escrituras.

¿Por qué DEMONIOS, DIABLOS, BELZEBÚES, o MEFISTÓFELES no aprenden a juzgarse a sí mismos antes que a los demás?

No quiero ser comido por sapos, ¡NO!

Quiero ser devorado por águilas, halcones, seres más grandes que yo. Quiero ser devorado por personas que se atrevan a preguntarse lo mismo que yo y lleguen a conclusiones más elevadas y no a deducciones llenas de inferioridad.

¡Quiero ser devorado por mentes preparadas, gente que traduzca la siguiente frase (por lo menos) y profundice hasta aplastarme en el suelo!


AMEN DICO VOBIS QUI UNUS VOSTROS ME TRADITARUM EST

P.D. HOMO LUPUS EST, KAYSARIS CARITAS…. FIAT LUX! UBI DUBIUM IBI LIBERTAS

Cómo amar lo que te gusta hacer

martes, 19 de junio de 2007

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"Retrospectiva de lo que quise ser e introspectiva de lo que quiero ser, una respuesta a los interesados" CSR
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La pregunta se repite de vez en cuando: “¿porqué no regresar a la música?, se nota que es tu pasión”. Presiono playback y se me oye decir: “mis prioridades cambiaron porque no me sentía a gusto haciéndolo”. La verdad es que se volvió un trabajo más, algo que era necesario más económicamente que pasionalmente.

Yo comencé con ese sueño desde que veía a mis hermanos tocando guitarra, piano y cantando en cada reunión. Soñé con llegar a ser alguien en la música y darle al mundo lo que guardaba dentro de mí, claro que, además de soñar con la fama y el glamour. Toqué la guitarra y el piano y canté mientras los demás niños jugaban afuera. Mi pasión fueron The Beatles de los 5 a los 12 años, Miguel Mateos de los 12 a los 16 y Led Zep de los 16 a los 20. Creí que era músico de los 10 a los 19, fecha en que ya con un año de casado asistí a una audición para grabar con un grupo, fui escogido, grabé el disco y conocí a los verdaderos músicos de Chihuahua. Me di cuenta que era un Don Nadie en la música. Pero exprimí a cada músico que pasó cerca de mí.

Fue difícil para una jovencita comprender que su marido amaba la música tanto como a ella. Que ocupaba mucho tiempo ensayando y que no dormía a su lado hasta ya entrada la madrugada. Que su marido era un rocker que guardaba ideales por encima de responsabilidades…, pero ella lucho por mí. Tanto que cuando Caballo Dorado (es la primera vez que mencionó el nombre ante tan grande y distinguida concurrencia) me llamó para ser su tecladista, ella misma hizo mis maletas una y otra vez. Un año un mes, y regresé por propia voluntad a la escena de Chihuahua. Seguí con lo que hacía antes de irme de gira: dar clases medio día y tocar toda la noche.

Regresé con el conocimiento de que estar en Siempre en Domingo, Festival Acapulco, Otro Rollo, etc. etc. no era suficiente para ser famoso. Se necesitaba entregar tu persona a gente que podría hacer con ella lo que quisiera. NO. Regresé a tocar trova, para tocar solo y sacar lo mío por mi mismo. Pero después de tocar teclado tanto tiempo la gente no creyó en mí allá. Así que dejamos todo y no mudamos a Juárez.

Aquí comprobé que si no eres amigo del dueño o no pisteas con él, no eres nadie, aunque toques mejor y cantes mejor que el-cuenta-chistes del momento. Y que la música o es para complacerte, o es el trabajo que no te deja vivir.

Todo siguió bien con el amor de mi vida. Cuando decidí dejar el escenario, fue porque estaba cansado de creer en algo que funciona excelentemente para tan pocos que lo intentan. Que se venden al mejor postor. En eso Alfredo Arroyo tiene la razón. Uno despierta si tiene todos sus sentidos puestos. Uno despierta si tiene sus prioridades en orden.

Ellos me necesitaban y yo de ellos. Ellos merecían el ejemplo apropiado. Yo necesitaba superarme A MI MISMO, no a los famosos que me inspiraron. Yo necesitaba de ella. De salir de farra con ella. De ser jóvenes de nuevo. De devolverle lo que le quité.

Hay vicios que nunca he probado. Hay locuras que nunca he festejado. Pero el vicio de cerrar tu mente a lo que sea por el vicio, incluyendo el vicio de la música, es para solitarios. Para los que quieren estar solos, para ellos son los vicios.

Quiero que la música vuelva a ser un sueño que me libere de mis preocupaciones. No que me dé más. Voy a volver a tocar, pero no será por el dinero. Voy a hacer lo que me gusta, pero será cuando yo quiera, no cuando me paguen.

Ahora soy lo que quise ser. Un profesionista, y seré más. Pero en lo que le haga falta a mi familia. NO A MÍ. Porque hagan lo que ellos hagan, deben ser mi PRIORIDAD. Si amas algo dejas todo por ello. Incluso otros amores. Yo deje a mi amada música por ellos, por mí, y por ella (aunque NUNCA lo pidió). Hoy puedo tocar y cantar, porque sé que lo haré por gusto, no por necesidad.

He visto a muchos músicos SOLOS, con varios divorcios y sumidos en depresiones. He visto otros que cambian sus prioridades y logran a sus familias y a sí mismos.

No es cierto que sea divertido trabajar en lo que te gusta hacer, no en este caso. Es más divertido y funcional hacer lo que te gusta por diversión.

Si solo lo haces por diversión, siempre vas a amar lo que te gusta hacer.

Yo amo hacer feliz a mi familia…… ¿tú que amas hacer?