Círculos Feéricos

sábado, 28 de abril de 2007

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En septiembre de 2005 la revista National Geographic en español dedicó la edición al continente africano. Acostumbro a dar una respetable revisada a los artículos de la revista y en esa ocasión me llamó la atención esta peculiar fotografía.
Es una imagen de un artículo que se llenaba de fotografías de George Steinmetz, fotógrafo aéreo de la revista. Y en el texto de esta fotografía se aprecia: “Misteriosos círculos enmarcan la carrera…lo que causa éstas manchas desprovistas de pastos aún se desconoce…”.

Me causó asombro que no se supiera algo como eso, así que me propuse encontrar información novedosa acerca de las causas que provocan estos círculos.

Busqué en internet, y la primera referencia fue en el sitio de la revista New Scientist donde se puede leer un resumen de las investigaciones llevadas a cabo por Gretel Van Rooyen , profesora del Departamento de Botánica de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Naturales y de la Agricultura de la Universidad de Pretoria en Sudáfrica .
Comenté lo anterior con un gran amigo, y lo comenté con todo el asombro que me causó y de manera tan natural que no noté mi elocuencia. En toda la información que encontré, estos círculos son llamados Fairy Circles (círculos feéricos; feérico se refiera al reino de las hadas). Así son llamados, y así los llame yo para que él mismo buscara en internet. Además enfaticé que después de varias hipótesis aún no había explicación alguna. Craso error (en su momento). Aunque yo no le daría nunca explicación sobrenatural alguna, mi entusiasmo parece haber reflejado lo contrario y él lo percibió así. Ahora con este artículo muestro mi opinión y modesta investigación del tema, lo cual reafirma mis primeros hallazgos y asombro.

Después de buscar más información, me encontré con que el último documento científico al respecto fue publicado en el Journal of Arid Environments, volumen 57, issue 4, págs. 467-485 en junio de 2004. Fue escrito por dicha profesora Rooyen y otros colaboradores más, y habla de las investigaciones anteriores que se llevaron acabo, y resume en su conclusión lo siguiente, según mi traducción del original del inglés:

“La creencia de que los círculos feéricos son dinámicos, que desaparecen después de un números consecutivo de años de poca lluvia y que se mueven de lugar después de grandes lluvias se ha
demostrado incorrecta. Son más estables y de larga vida que lo que antes se pensaba.
Pruebas biológicas de suelo tomadas del centro de los círculos demostraron un efecto inhibitorio o tóxico sobre el crecimiento de plantas. En contraste, las muestras tomadas de la orilla de los círculos poseen una acción estimulante en el crecimiento de las plantas. Las hipótesis presentadas anteriormente fallaron en el sentido de las observaciones anteriores. El objetivo de las siguientes investigaciones deberá ser identificar la naturaleza de las substancias que causan dicha inhibición y estimulación. Aunque es tentador interpretar la ausencia de plantas por el efecto de termitas, es importante notar que a la fecha ninguna señal ha sido documentada que pueda ligar la actividad de las termitas directamente con la formación de los círculos. Aún más, todas las hipótesis que se han presentado, han asumido que los factores que causan los círculos y los mantienen son los mismos. Estos factores pueden no ser los mismos necesariamente, por ejemplo, las termitas pueden ser parte del mecanismo de formación mientras no necesariamente del mantenimiento del círculo. A la fecha, la mayoría de las hipótesis también se han concentrado en un origen biológico mientras los aspectos físicos/mecánicos no han sido suficientemente investigados.
El desarrollo de patrones especiales de la vegetación es aparentemente condicionada por plantas que sobreviven en condiciones severas. Bajo extremas condiciones áridas en las que los círculos feéricos son encontrados la relativa permanencia de estos patrones puede indicar que estos son críticos para el óptimo funcionamiento del sistema para capturar, almacenar y reciclar recursos limitados.”

En pocas palabras, desde esta investigación de 2004 no se han encontrado nuevos datos que nos permitan saber porque existen los círculos feéricos. Algún sitio extraño de internet, mencionó que un “prestigioso” ufólogo asegura que son el resultado de cientos de naves extraterrestres que usan los desiertos africanos como estacionamientos públicos interestelares. Imaginemos un montón de seres intergalácticos que desconocen los daños y efectos que causan sus naves en nuestros terrenos y que con su inteligencia superior no pueden evitar dejar rastros donde no debían.

Yo me asombré, y como siempre busqué más allá de la primera información. Eso es ser escéptico. Me maravillo que aún existan tantos retos para la ciencia. Y me enorgulleceré cuando el misterio sea resuelto. La búsqueda me fascina, pero para ello debe haber cosas que buscar, y la ciencia nos lleva a miles de nuevos misterios cada vez que resuelve uno de ellos.

La naturaleza es increíble. Más increíble que algunas películas de terror, más asombrosa que algunos supuestos milagros, más inaudita que las historias de hadas. Estos círculos no son prueba de una inteligencia superior de ningún tipo, ni de hadas ni de milagros. Es la prueba de que el cosmos es tan difícil que debemos practicar nuestra ciencia con mas humildad, pero con más valentía. Así como se comprobó que la tierra es redonda (a pesar de muchas religiones y creencias), algún día sabremos qué mezcla de factores provocan este fenómeno y otros tantos más.

Para finalizar debo decir, que aprendí que debo usar el lenguaje correcto, con las personas correctas. Pero también, que las grandes mentes deben hacer lo propio. Dicho sea con todo respeto.
(los links son interesantes y corroboran la información aquí mencionada)

Supranacionalidad

domingo, 22 de abril de 2007

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Se ha visto claramente la competencia efectiva que el euro está dando a las monedas más fuertes del planeta, la forma en que los europeos se sienten cada vez más orgullosos de su economía y competencia mercantil, y todo esto bajo un organismo común llamado Unión Europea.

Esta unión no ha sido sencilla, si tomamos en cuenta la larga historia de guerras entre las naciones europeas a través de miles de años. Pero parece que al fin la mayoría de los países europeos han comprendido que la unión hace la fuerza. Pero, ¿cómo es que han logrado algo así?, ¿porqué no ha pasado lo mismo con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte?, ¿Por qué está empezando a funcionar (poco a poco) en Indonesia? La respuesta se encuentra en una sola palabra “mágica”: Supranacionalidad.

Veámoslo desde adentro. Hemos escuchado todo el tiempo quejas como: “los gringos imperialistas tienen la culpa de todo”, “el capitalismo no sirve, el socialismo es la solución”, “que socialistas ni que nada, lo que pasa es que son todos unos huevones”, “en lugar de andar en plantones deberían dejar trabajar y conseguir un empleo”. Así, podemos encontrar variadas frases que defienden cada uno de los colores, clases sociales o religiones de nuestro país, pero al final nunca nos ponemos de acuerdo. Al menos en algo, casi todos coincidimos, ¡La Patria es Primero!

Pero en realidad, no nos interesa la patria, nos interesan solo nuestros problemas individuales. Por eso nos convertimos en secuestradores, traficantes (de lo que sea), pederastas, y expertos tranzas de la supervivencia. Nuestra verdadera bandera es el que no tranza no avanza.

El éxito económico y comercial de la Unión Europea es el resultado de dejar en manos de un organismo común, el control de aplicar reglamentos y leyes internacionales que rigen el propio organismo. Es decir, un organismo que nos debe decir con que debemos cumplir como NACIÓN, para estar protegidos en un mercado competitivo. ¡Diantres! NO NOS GUSTA QUE NOS DIGAN QUE HACER PORQUE TENEMOS QUE DEJAR DE TRANZAR.

Países que estaban en la misma situación del nuestro, tanto económica, como cultural y mercantilmente, han logrado tomar vanguardia en producción y exportación de bienes y servicios de primer mundo. Tan solo se comprometieron a dejar atrás su tradición nacionalista, su complejo de inferioridad y su distribución de culpa entre las naciones poderosas. Vieron hacia el futuro, hacia el mercado común, hacia ese horizonte que levanta un gigantesco sol llamado comercio que a nosotros aún nos encandila.

Desgraciadamente no estamos solos, casi toda América Latina está en el mismo problema, y los pseudo-líderes que detienen el progreso vitoreando a héroes ancestrales y de dudosa competencia, nos arrastran a renegar de todo aquello que ellos consideran que atenta contra una soberanía que nos hunde cada vez más. ¿De qué nos sirve ser unos “soberanos” pobretones sin futuro económico? Es mucho mejor aprender de los que ya triunfaron que estarles echando la culpa.

La supranacionalidad es incluso el objetivo doctrinal de muchos guías espirituales, pero no necesitamos una religión para convertirnos por propia convicción en "hermanos". La supranacionalidad es enfrentar la obligación de hacer las cosas bien frente a otros y a espaldas de ellos, para poder pertenecer a un organismo que sea capaz de llevar a cabo comercio interior y exterior de calidad competente.

Para poder gritar ¡Viva México! hay que amar tanto a este país como para adoptar una supranacionalidad que lo haga crecer. A pesar de nuestros soberanos líderes tranzas.

Lebensraum

miércoles, 4 de abril de 2007

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Imaginemos a un coyote que acostumbra a cazar en el desierto tal y como lo aprendió de su madre, y ésta de su madre, y así por generaciones anteriores. En un momento dado el animal se ve amenazado por la invasión de un animal superior a él. Este animal acostumbra a tomar todo lo que a su paso encuentra con la finalidad de subsistir, y con eso, acaba con la vida natural que habita el medio ambiente. Dicho desierto es un desierto en América, cercano a un río enorme. Con los años y siglos, el coyote se extingue o se desplaza a otros lugares, afectando a otras especies. Así, la cadena nunca termina.

El animal que desplazó al coyote, ha venido haciendo de las suyas desde hace millones de años. Empezó su desplazamiento en el África central, y actualmente no hay rincón terrestre que no haya afectado. Para muchos biólogos les parecerá la historia de algún virus incontrolable.

El hombre ha buscado espacio para su explosión demográfica una y otra vez. En todas las épocas, en todas las centurias. Aunque el hombre ha logrado expandirse por sobre todas las especies, los demás animales guardan y cuidan su territorio y, muchos de ellos lo expanden a la primera oportunidad, no como individuos, sino como especie. Esto es muy natural, si somos muchos, tenemos que conquistar territorios.

Un ejemplo de la búsqueda del espacio vital y de su naturaleza humana es la conquista de Estados Unidos por nuestros compatriotas y latinoamericanos que viven en ese país. Los “mojados” e inmigrantes son grupos de reconocimiento que decidieron quedarse en ese espacio vital reconfortante.

Estados Unidos es un país que nació de la búsqueda de ese espacio vital a pesar de las tribus de indios que fueron confinados en campos de concentración llamados “reservaciones”.

Todos los antiguos y modernos imperios son el fruto de esa naturaleza, más de supervivencia que de conquista, de poblar tierras nuevas. Desgraciadamente la única forma de lograrlo (ya que el único obstáculo eran hombres con igual determinación) fue la fuerza bruta llamada guerra.

El término espacio vital, fue acuñado por el geógrafo alemán Friedrich Ratzel (1844-1904), influido por el biologismo y el naturalismo del siglo XIX. En su idioma, él lo llamo lebensraum.

Aunque Hitler se fundamentó en este lebensraum para provocar la Segunda Guerra Mundial, no podemos negar que es un comportamiento que se repite una y otra vez en la historia. Los egipcios lo hicieron, después los griegos, los romanos, los judíos, los hunos, los chinos, los japoneses, los francos, los ingleses, los alemanes, los españoles, los estadounidenses, etc.

Actualmente el espacio vital se ha vuelto ya sea comercial o cibernético, territorios nuevos y abstractos que han detenido la masacre al menos en gran escala, ya que la lucha por estos nuevos territorios sigue provocando pobreza, hambre, e ignorancia.

Esta es la ley de la vida, la ley del más fuerte, y esa ley, nos tiene aquí porque fuimos la especie dominante. Así como los territorios han cambiado, también las armas, ya no son espadas, sino leyes internacionales, acuerdos comerciales, y todo eso hay que aprenderlo para sobrevivir. Para expandir nuestro espacio vital. Nuestro Lebensraum.

No debe asustarnos el concepto. Solo hace falta hacerlo lo más civilizadamente posible, pero sin olvidar que los demás buscan lo mismo. Para eso son los acuerdos. Para eso debemos aprender de los otros países. Y antes que nada buscar que el nuestro tenga las armas para el nuevo espacio vital.

Nosotros todos, somos caballeros sin armas que deben hacerse de las propias, en la medida correcta. Aprendamos juntos y no venzamos al enemigo. Hagámoslo nuestro.