“Ama a tu prójimo como a ti mismo” Marcos 22.39
“Ama a tu prójimo, no hay otro igual en muchos años luz a la redonda” Carl Sagan
Seguramente se habrán dado cuenta que una de las fundamentales razones para la existencia de este blog es la difusión del conocimiento, por ende, del uso de la razón, por ende, del libre pensamiento y por ende, del escepticismo. Muchos de los que me hacen el favor de visitar este blog seguramente se han llegado a preguntar en donde están ubicados según su nivel de fe o su forma de concebir su propio ateísmo. Existen, muchas fuentes de información al respecto. Yo mismo he querido saber en donde estoy en lo que se refiere a mi propia filosofía, ya que dejé de ser católico (si alguna vez lo fui, lo dudo), cristiano, e incluso creyente. Se que soy escéptico pero, cuando escucho la variedad de calificativos para alguien que no tiene fe, tengo que preguntarme en donde entro yo según estas categorías.
Vamos por partes, no sin antes aclarar que dentro de las fuentes de información esta el libro The God Delusion de Richard Dawkins. El título en español de este libro es de difícil traducción, o por lo menos de manera que cause el mismo impacto que en inglés. Sería algo así como La Alucinación “Dios”.
Primero debemos empezar con lo más común y progresaremos hasta lo más inusual (que no significa que seamos pocos).
Teísta
El teísta cree en un dios personal y providente, creador y conservador del mundo. Es decir, cree en una inteligencia sobrenatural que además de haber creado el universo aún nos observa y tiene influencia en el destino de los hombres. El teísta asegura que este ser sobrenatural interviene en los asuntos de los hombres, responde a las oraciones, perdona o castiga los pecados, hace milagros, y sabe las cosas buenas y malas que hacemos o incluso las que pensamos.
Deísta
El deísta cree en el mismo dios que el teísta, pero asegura que después de haber creado el universo dictó las leyes que lo regulan y se fue a dormir... o de vacaciones. El deísta cree que a este dios no le interesa el destino ni los asuntos de los hombres. Tal vez Teo Cardala (Cómplices) es deísta, ya que él escribió en su canción la oración “Dios existe pero duerme”.
Panteísta
El panteísta no cree en una inteligencia superior, en un dios personificado. El cree que puede llamar Dios a la Naturaleza, al Universo o a las leyes físicas naturales. No existe la persona, pero si existe el Orden Universal, la Energía Cósmica, etc.
Secular
El secular es alguien quien independientemente de su creencia o filosofía personal, reclama la separación de la religión de los asuntos humanos, específicamente de aquellos asuntos comunes a la sociedad en general, tales como el gobierno, las leyes, la educación, etc. Confía en que de esta manera la sociedad sobrevivirá como unidad, sin discriminación religiosa, sin conflicto entre la fe de unos y otros.
Agnóstico
El agnóstico simplemente se declara incapaz de asegurar la existencia o la inexistencia de un dios o dioses, o de cualquier inteligencia superior. Si no se tienen los datos que sostengan los hechos, el agnóstico se mantiene al margen, no se define hasta no estar seguro. De hecho puede asegurar que nunca será probado o refutado lo anterior.
Ateísta
El ateísta es un ateo, como normalmente se le llama. No cree en una inteligencia superior o dios. El ateo esta seguro de la inexistencia de un creador y no necesita pruebas de ello.
Escéptico
El escéptico no cree en una verdad absoluta. Su deber es dudar incluso de sí mismo en el sentido de no crearse verdades personales para sentirse en paz. La búsqueda de respuestas (no de verdades) para el escéptico, es su pasatiempo favorito. El escéptico es incansable en sus preguntas, porque acepta humildemente que el universo contiene y manifiesta más información que la que el mismo hombre puede comprender.
Podemos ahora situarnos con mayor facilidad en el adjetivo adecuado.
Para terminar anexaré un cuadro que nos obsequia Richard Dawkins y que llamaremos el Espectro de Intensidad Divina.
1. Teísta Fuerte. 100 % de fe en la probabilidad de un Dios. “No creo, sé que Dios existe”.
2. Teísta Moderado. Menos del 100% de fe en la probabilidad de un Dios. “No puedo asegurarlo, pero creo profundamente en Dios y vivo mi vida asumiendo que existe”.
3. Teísta Débil. Más de 50% de fe en Dios. “No estoy nada seguro, pero prefiero creer en Dios”.
4.
Agnóstico Imparcial. 50% de fe en la probabilidad de un Dios.
“La existencia e inexistencia de Dios son exactamente igual de probables”.
5.
Ateísta Débil. Menos de 50% de fe en la probabilidad de un Dios.
“No sé si existe Dios pero me inclino a ser escéptico”.
6.
Ateísta Moderado. Más del 0% de fe en la probabilidad de un Dios.
“Veo muy improbable la existencia de Dios y vivo mi vida sin asumir que existe”.
7. Ateísta Fuerte. 0% de fe en la probabilidad de un Dios. “No solo creo que no hay un Dios, sé que no hay Dios”.
Vean ustedes mismos donde se ubican. Yo, al parecer estoy en el nivel 6 del espectro, ya que improbable no es una palabra definitiva, y la existencia de un dios, por lo menos al momento, científicamente es improbable.
Por experiencia propia, puedo intuir que algunos de ustedes temen aceptar públicamente su verdadero nivel en el espectro. Solo espero que algún día su honestidad consigo mismos supere el miedo al rechazo. Esto se entiende porque para un cristiano, desgraciadamente es más alarmante que alguien a quien consideraba creyente le diga que dejó de serlo. Pero supongamos que un cristiano de la familia les platica que conoció a un árabe, digamos en su trabajo. Hablaría de sus costumbres y fe con asombro y tal vez hasta con gracia, pero no lo discriminaría. Porque así lo conoció, y no se siente traicionado. Este ejemplo podría ser el inicio de una plática para comentar con sus cercanos sobre su verdadera opinión respecto a la fe. Pero por favor, fundamenten sus opiniones, porque no hacerlo y querer hablar de ello sin conocimiento del tema podría parecer una conducta religiosa…
¡Hágase la luz!... y nació la ciencia.
Hasta la vista.